Descubre qué tienen en común los buenos jugadores de poker con los emprendedores

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El ajedrez, el poker o el bridge tienen un importante componente estratégico que los emparenta mucho con la lógica de los negocios. Además, tener la capacidad de hacer cálculos con rapidez, de realizar buenas evaluaciones globales o de anticiparse a los movimientos del rival son aspectos que también tienen en común estos juegos con el mundo de los negocios.


Esto explica que por ejemplo se esté impulsando el aprendizaje del ajedrez en diversos ámbitos, desde como actividad extraescolar en la educación primaria hasta como método de entrenamiento de habilidades directivas para ejecutivos.

grandes emprendedores, como por ejemplo la óptima gestión de recursos, el cálculo de probabilidades y el adecuado discernimiento de la relación coste/beneficio.

Además, un juego como el poker enseña una habilidad primordial como es gestionar adecuadamente los fondos de los que se dispone para evitar perderlos, y lo que es más importante para prosperar: sacarles el máximo partido. De modo que si se está en una mano que promete más riesgos que oportunidades el buen jugador sabe esperar a que llegue otra más propicia, de forma similar a que un experto en negocios aguarda la ocasión y el momento idóneos para invertir.

Igualmente, tanto el jugador de poker como el empresario han de calibrar muy bien tanto los recursos de los que disponen como el nivel de competencia que tienen, aplicando los mismos principios lógicos para evaluar los riesgos, anticipar escenarios y aminorar al máximo la incertidumbre, por mucho que la imprevisibilidad y el azar jueguen un papel esencial en los juegos de cartas y también en los negocios.

observación astronómica o la búsqueda del amor, requiriendo en todos los casos que se tenga la capacidad de discernir lo que resulta factible que ocurra en el futuro, que no tiene que coincidir con la situación del presente.

Por ejemplo, en el caso del poker, si hay un jugador en la mesa que cada vez está haciendo apuestas más osadas porque la suerte le está premiando con mejores cartas que a sus rivales en los momentos decisivos es probable que esa tendencia en su juego se agudice, por lo que el jugador experto aguardará a tener una combinación que tenga todo los visos de ser imbatible para poder ir con todo en una mano que se dirima entre ambos, ya que la inercia ganadora del otro probablemente le llevará como mínimo a querer ver sus cartas a poco que haya ligado algo medianamente bueno.

En los negocios ocurre algo parecido, con cierto tipo de empresarios que cuando las cosas les van bien no se plantean qué puede mejorar, mientras que a buen seguro alguno de sus competidores estará evaluando qué estrategia puede seguir para aprovechar sus puntos débiles, mejorar su rentabilidad y hacerse con su posición de predominio en el mercado, ya sea mediante un golpe maestro o poco a poco.

Rudyard Kipling, con la salvedad de que de los momentos de dificultad se aprende más que de los de euforia.

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