Los abogados penalistas si trabajan en agosto

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Juzgado


A excepción del año 2020, el cual como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 y de los tres meses de confinamiento generalizado, agosto sí fue hábil para recuperar toda la actividad suspendida, el mes de agosto es inhábil a efectos procesales tal y como establece la Ley, y por lo tanto los Juzgados permanecen cerrados y no hay actividad judicial para todo su personal, incluyendo a los abogados.


Evidentemente como consecuencia de ello las actividades de los bufetes y despachos se desaceleran, pero es importante destacar que esto no quiere decir que los abogados dejen de trabajar, ya que como todo el mundo comprende las actuaciones policiales se siguen ejecutando, los detenidos tienen derecho a asistencia letrada, las víctimas requieren asesoramiento legal, etc.


LA DIFÍCIL TAREA DE DESCONECTAR TOTALMENTE


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El abogado penalista Juan Gonzalo Ospina


La desconexión total durante el periodo estival parece ser una utopía para los letrados. Es el caso del abogado penalista Juan Gonzalo Ospina que reconoce “estoy hiperconectado y siempre de guardia por si un cliente nos necesita. Que estemos en agosto no quiere decir que se paralice nuestra actividad, y en Ospina Abogados nuestra disponibilidad es 24 horas al día 365 días al año”, y es que como nos relata el socio-director de este reconocido despacho situado en Madrid, la urgencia de algunos asuntos o la posibilidad de que surja un imprevisto hace que sus periodos vacaciones se vean interrumpidos habitualmente. “No lo vivo como un castigo. Evidentemente que me gusta estar de vacaciones disfrutando de familia y amigos, pero cada profesión tiene sus peculiaridades y la abogacía solo se ejerce con plenitud si amas realmente lo que haces”, nos declara telefónicamente al haberle interrumpido brevemente de unos días de asueto en el norte de España donde se ha desplazado con su familia, pero que ya ha visto suspendido durante dos días para desplazarse de urgencia para una asistencia a un detenido en el Juzgado de Melilla, tal y como ha reflejado en sus redes sociales el propio abogado.


Con más resignación, aunque con la misma profesionalidad, nos expresa su vivencia Manuel Ángel, abogado de familia en Vitoria, y a poco más de un año de colgar la toga. “Con el verano mi teléfono es un hervidero de llamadas de padres separados con problemas por el cumplimiento de los convenios. Entiendo perfectamente la tensión de los asuntos con menores y comprendo la situación de los clientes que me llaman, es parte de un trabajo que se ha vuelto muy absorbente en la última década, o yo me he hecho ya muy mayor”, nos dice en tono de guasa, pero lamentando no que sus vacaciones se vean interrumpidas contantemente, sino el calvario que viven los clientes que le llaman presas de la desesperación.


LOS ABOGADOS PENALISTA Y LOS DE FAMILIA LOS MÁS BUSCADOS EN VERANO


Como nos expresaba Manuel Ángel las circunstancias familiares con menores de por medio son el caldo de cultivo perfecto para estallar en los meses vacacionales, pero el mayor peso de la movilidad en sus intervenciones se lo reparten los abogados penalistas.


Asistencia letrada a detenidos por delitos de alcoholemia y delitos contra la seguridad vial son uno de los elementos más recurrentes, a los que se suman las detenciones en aeropuertos por tráfico de drogas o extradiciones, actuaciones relativas a violencia de género o atentados contra la autoridad, como ejemplos de delitos que se incrementan en la época estival.


Como vemos la abogacía es muy sacrificada y requiere, más aún en la actualidad con un mundo hiperconectado a través de las nuevas tecnologías, mucha dedicación, organización y buscar la fórmula para limitar la vida personal y profesional incluso en época de vacaciones

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