Stop Uranio pide a los miembros del Consejo de Seguridad Nuclear que no se dejen amedrentar

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Comunicado íntegro Stop Uranio


Se ha publicado la noticia de las presuntas presiones de la empresa Berkeley Minera España S.L. a miembros del Consejo de Seguridad Nuclear para que resuelvan con prontitud la solicitud de autorización de construcción de la planta de tratamiento de uranio de Retortillo (Salamanca).


Los que llevamos soportando hace años a la empresa minera no nos extraña esa actitud, la hemos sufrido en “nuestras propias carnes”. Recordar que en el año 2016 Berkeley sometió a un acto de conciliación, previo a una demanda, a dos miembros de la Plataforma Stop Uranio con el argumento de que nuestra actuación les estaba provocando pérdidas económicas, cifrando en 500.000 € la petición de daños ocasionada. Al igual que es de imaginar que la mano de Berkeley estaba detrás de la declaración de personas non gratas para el municipio de Retortillo de esos dos activistas, y por extensión, de la Plataforma Stop Uranio.


Tampoco nos sorprende que personas que han ostentado cargos con el Partido Popular sirvan de mensajeros de la empresa minera, como se anuncia con el exdirector general de Energía y Minas de la Junta de Castilla y León, Sr. Ricardo González Montero. Ya tuvimos conocimiento del fichaje del exconsejero de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, para que hiciera de lobbista ante su amigo Arias Cañete en la Comisión Europea.


La actuación de Berkeley en nuestra zona durante los últimos años ha sido perniciosa, utilizando a las personas de la comarca que contrataba para que les sirvieran de escudo frente a los que nos oponemos al proyecto, con lo que el enfrentamiento entre los vecinos estaba servido. Esta situación tuvo su episodio más lamentable en agosto de 2018, cuando una etapa de la Vuelta ciclista a Salamanca finalizó en la localidad de Retortillo. Tuvo que intervenir la Guardia Civil para evitar los enfrentamientos físicos entre personas favorables y contrarias al proyecto minero.


Por otro lado, nos sorprende que la empresa pida celeridad al Consejo de Seguridad Nuclear cuando la solicitud inicial de la autorización de construcción la dejó caducar por inacción ante la petición de documentación realizada por el entonces Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, en la época del gobierno de Mariano Rajoy.


Desde hace tiempo está claro que Berkeley lo único que pretende es sacar tajada, vía indemnización tipo “proyecto Castor”, del fallido proyecto de mina y planta de Retortillo. Han sido incapaces de llevar a término la mina de uranio después de década y media de marear la perdiz y en la situación actual, de impulso demoledor de las energías renovables, la energía nuclear no tiene ningún futuro dentro de los países que conforman la Unión Europea.


Desde Stop Uranio pedimos a los miembros del Consejo de Seguridad Nuclear que no se dejen amedrentar por las oscuras maniobras de la empresa minera y traten de comprender nuestra posición contraria a este negativo proyecto. Una vez más pedimos que no le den el visto bueno a la planta de tratamiento de uranio de Retortillo, con un depósito de residuos radiactivos que condicionaría nuestra vida y la de nuestros descendientes en la comarca salmantina del Campo Charro.

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