Tras las imágenes de este sábado el domingo tampoco daba tregua. Daba igual intentar acceder por Masueco que por Pereña, la realidad es que la masificación de turistas generó retenciones y atacos importantes para contemplar la cascada natural.
Si bien el problema se duplicó en Masueco dada la difícil orografía para acceder al Pozo de los Humos y a que el acceso en vehículo se colapsó convirtiendose en una ratonera sin que nadie controlase el aforo o regulase el tráfico, la vertiente por Pereña alcanzó -hacía las 12 horas del domingo- una fila de coches aparcados en el lateral del camino de acceso de aproximadamente 2 kilómetros y con todos los tramos de aparcamiento completos.
Tal fué la masificación que solo en la mañana del domingo, en el acceso por Pereña, los sanitarios intervinieron al menos en dos ocasiones para atender heridos de cierta gravedad por caídas.
Sin duda la espectacular cascada de 50 metros, que deja bellas imágenes tras las lluvias pasadas, ha atraído a demasiados curiosos generando una atípica masificación más que evitable, aún más en tiempos de pandemia.
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